El Bautismo en el Espíritu Santo

Por Mons. Vincent Walsh

El Bautismo del Espíritu es un término nuevo para la mayoría de los Católicos. La frase escapa a la definición y a la descripción, aún para los Católicos involucrados en la Renovación Carismática. De hecho, es sumamente crítico que haya un entendimiento correcto del bautismo del Espíritu y de la realidad que esto significa para el verdadero desarrollo de la Renovación Carismática y para el derrame completo del Espíritu de Dios.

Concurrente con este debate sobre el término están sucediendo casos definidos muchas personas han recibido en la actualidad esta profunda experiencia personal de Jesucristo que significa el Bautismo del Espíritu y gozan de un poder nuevo para vencer la esclavitud de pecado . Mucho más aún. Dios ha provisto ciertos medios para que la gente llegue a tener esta experiencia y a llevar una vida cristiana más profunda.

El Bautismo de Espíritu representa un poder, dado por Cristo a Su Iglesia, el cual por muchos siglos había dejado de ser parte de la predicación diaria y de la fe de la Iglesia, pero el cual siempre ha sido parte de la ascética y mística de la Iglesia. En cierta forma, el término representa una recuperación de la teología del Bautismo sacramental, el cual prevalecía en la Iglesia primitiva. Ahora, a través de un entendimiento del Bautismo del Espíritu este poder ha sido descubierto y liberado a muchos.

Una cuestión sumamente crítica que concierne al Bautismo del Espíritu es la relación de esta experiencia con los ricos básicos de iniciación de la Iglesia. Si esta experiencia de oración es parte de la iniciación cristiana –el equipar básicamente al cristiano para vivir una vida completa en Cristo– entonces el cuidado pastoral de la Iglesia tiene que ser dirigido a lograr que cada cristiano acepte a Jesús como su Señor personal y para que experimente el toque divino del Bautismo del Espíritu.

En esta sección explica, doctrinal y prácticamente, lo que está sucediendo en el corazón de la Renovación Carismática y lo que está causando este cuidado pastoral en la Iglesia.

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El valor del ayuno

Mensaje de Benedicto XVI


«Jesús, después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre».(Mat.4, 1-2)

Santo Padre Bendicto XVIEl poder de Dios que «ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos» (Pregón pascual)

El valor y el sentido del ayuno: Fue practicado por nuestro Salvador «Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre» (Mt 4,1-2).

Al igual que Moisés antes de recibir las Tablas de la Ley (cfr. Ex 34, 8), o que Elías antes de encontrar al Señor en el monte Horeb (cfr. 1R 19,8), Jesús orando y ayunando se preparó a su misión, cuyo inicio fue un duro enfrentamiento con el tentador.

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Vídeo audiciones Cristocéntrica 2014 – Escuela Católica de Música y Danza

El Papa con la Renovación Carismática Católica – Publicado en el Diario La Nación

Lunes 02 de junio de 2014 | Publicado en edición impresa
Vaticano

Ovación carismática al Papa en un estadio lleno

Aunque no fue la primera vez de un pontífice en el estadio Olímpico (Juan Pablo II había estado en 1984, cuando se celebró allí el Jubileo Internacional de los Deportistas), Francisco se convirtió en el primer papa que participa de la cumbre anual del movimiento carismático, que suele tener lugar por lo general en la localidad balnearia de Rímini, en el norte de Italia.

«¡Por favor, no enjaulen al Espíritu Santo! ¡Libertad!», pidió el Papa durante el encuentro, en el que también advirtió que «el Diablo quiere destruir a las familias».

«Las familias son iglesias domésticas donde Jesús crece en el amor de los cónyuges y en los hijos. Por eso la familia es atacada. ¡El demonio trata de destruirla», dijo. «Que el Señor bendiga a las familias, que las refuerce, porque la familia está en crisis, el Diablo quiere destruirla.»

Al principio del encuentro, que comenzó a las 17 de una jornada de sol y calor, en lo que fue considerado un «milagro» de los carismáticos, Francisco, que nunca canta durante las celebraciones, por primera vez entonó con ganas un canto en castellano («Vive Jesús el Señor»). «Seguro alguien les hizo saber a los organizadores que me gustaba ese canto», reconoció luego el Papa, que recordó que lo solía cantar en sus encuentros anuales con la Renovación Carismática en la Catedral de Buenos Aires. «Gracias, me hicieron sentir en casa», dijo, en medio de aplausos.

Directo y sincero, Francisco también recordó: «Yo no amaba mucho a los carismáticos, porque me parecían una escola de samba, no compartía su modo de rezar. Después comencé a conocerlos y me di cuenta del bien que le hacen a la Iglesia».

La RCC es un movimiento católico que nació en un retiro de 30 estudiantes y varios profesores de la Universidad de Duquesne, en Pensilvania (Estados Unidos), a principios de 1967, y se extendió con rapidez por otras ciudades de ese país. Juan Pablo II lo definió como «una manifestación elocuente de la vitalidad siempre joven de la Iglesia». Considerada una de las respuestas laicas al Concilio Vaticano II (1962-1965), la Renovación Carismática tiene como ejemplo las comunidades cristianas primitivas. Según la organización, cuenta 71 millones de seguidores en todo el mundo.

Ante 1000 sacerdotes, laicos, 3000 chicos, obispos, algunos cardenales y delegaciones de 56 países, Francisco rezó para que bajara el Espíritu Santo sobre todos, especialmente enfermos y excluidos. «Enséñanos a no luchar entre nosotros para tener un pedazo de poder, enséñanos a ser humildes, a amar a la Iglesia más que nuestras internas», exhortó.

La parte más emotiva fue cuando, al final, los 52.000 fieles, con los brazos levantados, elevaron una plegaria especial por el Papa, que se arrodilló, con los ojos cerrados y concentrado.

UN MOVIMIENTO RENOVADOR

Tras el Concilio Vaticano II, la renovación carismática nace en Estados Unidos en 1967 y rápidamente se extiende en todo el mundo, con fuertes críticas conservadoras.

En la Argentina

El movimiento también se encuentra representado y fue impulsado desde 1969 por los sacerdotes Francisco Muñoz Molina y Alberto Ibáñez Padilla.

Papa Francisco – La Santidad – Renovación Carismática Católica Argentina

FrancescoNecesitamos santos sin velo, sin sotana. Necesitamos santos de jeans y zapatillas.

Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos.

Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la Universidad.

Necesitamos santos que busquen tiempo cada día para rezar y que sepan enamorar en la pureza y castidad, o que consagren su castidad.

Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo.

Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales.

Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan miedo de vivir en el mundo.

Necesitamos santos que tomen Coca Cola y coman hot-dogs, que sean internautas, que escuchen iPod.

Necesitamos santos que amen la Eucaristía y que no tengan vergüenza de tomar una cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos.

Necesitamos santos a los que les guste el cine, el teatro, la música, la danza, el deporte.

Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros.

Necesitamos santos que estén en el mundo y que sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero sin ser mundanos».

Esos tenemos que ser nosotros!!!