Seminario de Crecimiento en una Nueva Esperanza.
Texto Central: Lucas 1,39-56
Texto Secundario: Santiago 3,9-12
Objetivo de la enseñanza: Tomar conciencia de la importancia que tiene cada palabra que sale de nuestra boca
Proposición: Las palabras que salen de nuestra boca tienen una gran influencia en nosotros mismos y en todos los que nos rodean
Interrogación: ¿Son tan relevantes las palabras que salen de nuestra boca?
Desarrollo:
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Tus palabras pueden colaborar en la misión transformadora del Espíritu Santo
Cuando Isabel «oyó» el saludo de María, su bebé saltó en su seno y ella quedó llena del Espíritu Santo. ¿Cómo habrá sido aquel saludo? Sin lugar a dudas fue un saludo lleno de esperanza, colmado de ganas de vivir, repleto de alegría. María estaba embarazada de esperanza, llevaba la esperanza de Israel y del mundo entero en su seno, y a través de sus palabras el Espíritu Santo llenó de esperanza a su prima y al bebé que estaba en su vientre. Queridos hermanos no sólo debemos tener esperanza, debemos estar embarazados de esperanza, llenos, repletos, saturados de una renovada y poderosa esperanza, y que cuando abramos nuestras bocas se transmita por el poder del Espíritu Santo a aquellos que nos escuchan.
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Debe haber un cambio profundo en nuestro vocabulario
María es el modelo por excelencia de una persona llena de esperanza, una esperanza sobrenatural, una esperanza impartida por el Espíritu Santo en su corazón, en su mente, en su espíritu, en su voluntad. El contacto íntimo con la palabra de Dios y el ser llenos del Espíritu Santo, produce en nosotros como lo hizo en María un nuevo modo de hablar, lleno de esperanza, de optimismo y de alegría. Es un regalo de Dios que debemos recibir con humildad como ella lo hizo, diciendo simplemente, soy pequeño pero Dios se fijó en mí, y el puede hacer obras grandes y poderosas en mi vida, en mi familia, en mi comunidad, en mi Iglesia, en mi barrio y en mi país.
Observemos las características de ese vocabulario que el Espíritu Santo sembró en María.
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Alabanza en lugar de lamentación (vers. 46)
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Alegría en lugar de tristeza (vers. 47)
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Humildad en lugar de soberbia (vers. 48)
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Dicha en lugar de aflicción (vers. 48)
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Fe en lugar de incredulidad (vers 49)
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Esperanza en lugar de desesperación (vers. 50)
- Seguridad de que Dios nos cuida (vers. 51)
- Seguridad de que Dios es justo (vers. 52)
- Seguridad de que Dios es providente (vers. 53)
- Seguridad de que Dios es fiel para cumplir sus promesas (vers. 54)
Taller:
Para la semana:
- Orar todos los días con fervor pidiéndole al Espíritu Santo que nos enseñe a tener intimidad con él y nos de un nuevo gusto por la Palabra de Dios, y un nuevo impulso para hacer su voluntad en nuestras vidas.
- Orar con los salmos 131, 65, 40, 38 y 9
- Leer y meditar sobre la importancia de las palabras en Santiago 3,1-12; Santiago 1,26; 1 Pedro 3,10; Proverbios 10,20; 11,12; 12,19; 13,3; 15,2; 15,4; 17,20; 18,21; 21,23; 25,15;
Para la próxima reunión:
- Testimonios: Desde la reunión anterior y durante la semana, que nuevo lenguaje empieza a nacer en mí
- Compartir la experiencia de oración con los salmos durante la semana
- Leer en grupos y compartir lo que hayan meditado sobre las citas bíblicas propuestas para la semana.
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