Queridos hermanos y hermanas:
¡Bienvenidos!
Os agradezco vuestra acogida y os saludo a todos con afecto. Sé que la Fraternidad Católica ya tuvo el encuentro con el Ejecutivo y el Consejo, y que esta tarde comenzaréis la XVI Conferencia Internacional con el querido padre Raniero.
Habéis tenido la amabilidad de enviarme el programa, y veo que cada encuentro inicia con el discurso que dirigí a la Renovación Carismática con ocasión del encuentro en el Estadio Olímpico el pasado mes de junio.
Ante todo, quiero felicitaros porque habéis comenzado lo que en aquel momento era un deseo. Desde hace casi dos meses la Fraternidad Católica e ICCRS comenzaron a trabajar compartiendo la misma oficina en el Palacio San Calixto, dentro del «Arca de Noé». Soy consciente de que no debe haber sido fácil tomar esta decisión, y os agradezco de corazón este testimonio de unidad, esta corriente de gracia que estáis dando a todo el mundo.